En el último chat, el profesor César Bernal nos sugirió que investigáramos sobre diferentes temáticas que van a ser abordadas durante la asignatura de Generación Net. He de decir que algunas de ellas ya nos eran conocidas, aunque, no por ello, son menos interesantes. Durante los últimos días he estado revisando algunos artículos que pueden servir para completar la visión que tenemos de los JUM. A modo de resumen, voy a extraer las principales píldoras reflexivas de esas reflexiones ajenas:
En esta entrevista, la profesora de la UNED, Laura Méndez Zaballos, afirma, a colación de la capacidad de los JUM de interpretar críticamente los videojuegos, que "aunque los niños y jóvenes son nativos digitales, no significa que estén alfabetizados en los medios que usan. Para ello necesitan la ayuda del adulto, que, aunque no es experto en el medio, si lo es en la interpretación de los códigos y los mensajes y significados presentes en ellos".
Aquí, anotaría yo que uno de los problemas que tenemos con respecto a los nativos digitales es precisamente la falta de competencia digital por parte de los adultos y, más importante aún, la carencia de una formación crítica en relación con los medios a los que estamos expuestos. Resulta muy difícil alfabetizar a los JUM si en las propias familias existe un vacío de alfabetización audiovisual y digital. Quizás habría que sofocar los fuegos de dos necesidades paralelas para propiciar un mejor entendimiento de las potencialidades, peligros e implicaciones de las TIC: las de los propios JUM como sujetos individuales y las de los microsistemas (familia, sobre todo) en que se insertan.
Por otra parte, también sobre nativos digitales, recomiendo leer el cuestionario que Sergio M. Mahugo, profesor de Periodismo, utilizó para detectar la alfabetización digital de sus estudiantes de cuarto de carrera.
Entre otras lindezas, el profesor concluye, tras exponer varias respuestas de sus alumnos, que éstos "usan internet para bajar música, series o pelis, y para chatear; y que en la universidad apenas se les ha conseguido acostumbrar al uso del Word para escribir". No deja de ser sorprendente que, aunque se trate de una muestra pequeña, sus estudiantes admitan que no utilizan frecuentemente aplicaciones como Final Cut, Power Point o Audacity, que deberían formar parte de la práctica habitual de todo periodista. Lamentablemente, como le sucedió a un servidor en su carrera de Periodismo, creo que buena parte de la culpa la tienen los propios docentes, tanto los que educaron a esos estudiantes durante su adolescencia como los que ahora han cogido el testigo en la educación superior. Parece que no ha cambiado mucho el panorama desde que yo dejara la facultad de Ciencias de la Información. Otra última perla de Mahugo: "Insisto, nuestros nativos digitales utilizan internet para chatear. Son estudiantes de periodismo y ni siquiera están registrado en periódicos online".
También localicé, en el curso de mi tarea documental, dos artículos en el diario El País sobre los nativos digitales.
La profesora Soledad González dice que los alumnos tienen más información, pero que sus análisis tienden a ser más superficiales. Mar Monsoriu, consultora tecnológica experta en Internet, va más lejos. "Son un poco más comodones que la generación anterior. Es la generación del corta y pega, la Red se lo da todo hecho y han perdido la capacidad de estudio, de investigación, de reflexión".
Y del segundo, me quedaría con este fragmento:
¿Nuestra responsabilidad como padres? Prepararlos para el entorno en el que van a vivir. Un mundo con redes sociales, contenidos hiperabundantes, y ordenadores como parte fundamental de la vida. Manejarse hoy en la Red, mantener una presencia online es como saber idiomas, una habilidad esencial, que se aprende practicándola. Los nativos digitales desarrollan sus habilidades para vivir en el futuro digital, un entorno al que ellos mismos están dando forma. Y mientras, algunos padres los castigan sin ordenador.
En resumen, y para no alargarnos más de la cuenta, lo que deducimos de la situación actual de los nativos digitales es que, no por haber nacido en la época de los teléfonos inteligentes, los netbooks y el internet sin cables, son más capaces que los llamados inmigrantes digitales de controlar la tecnología. Todo lo contrario. Lo que se observa es que, dada la falta de una verdadera alfabetización digital que se acometa desde las primeras etapas educativas, los JUM se convierten en las víctimas perfectas para que las industrias más influyentes (la mediática, la cultural...) prolonguen su poder a través de sus diferentes mecanismos de manipulación y persuasión. Es la tecnología o, mejor dicho, los poderes detrás de esas tecnologías, los que controlan a los JUM. Por eso, considero que urge una revisión de todo el sistema educativo y no sólo desde el plano pedagógico, sino también desde el punto de vista de los contenidos. Y es que, como ya mencioné en un mensaje en el hilo sobre Nativos digitales de la asignatura de ‘Principios de la Sociedad del Conocimiento’, “seguramente el tiempo del que dispone un docente en Secundaria no permite abarcar temas que se escapen al currículum de un determinado curso”. Así que, como educomunicadores, nos interesaría decantarnos por un camino que quizás fuera menos ambicioso en cuanto al número de contenidos impartidos, pero que fuera más profundo, reflexivo y revelador en su acercamiento a diversas temáticas que nos afectan.
La realidad es que la competencia digital está hoy en día descuidada y normalmente se piensa que consiste únicamente en saber manejar una herramienta TIC determinada. Pero, como ya hemos visto a lo largo de este Máster, más que el dominio técnico del instrumento, lo que nos interesa para sacar a los JUM de su ceguera particular es hacer hincapié en los usos que pueden dar a estas tecnologías y las posibilidades comunicativas que ofrecen para colaborar, inventar o adquirir nuevos conocimientos en interacción con otros estudiantes.
¿Podemos hacer aún algo por ellos? En mi humilde opinion, estimo que es posible hacerlo pero siempre que se aborde el problema desde la coordinación de diferentes frentes interconectados (Gobierno, escuela, familia). También hay que tener en cuenta el componente psicológico, ya que hay unas edades, sobre todo a partir de Bachillerato, más adecuadas, por el grado de madurez que se va adquiriendo, para poner en duda algunas cosas que nos rodean.
En conclusión, pienso que los JUM no son superdotados tecnológicos por el mero hecho de haber nacido en la era digital. Y, aunque lo fueran, lo deseable sería que, más que sabelotodos de las TIC, se convirtieran en personas inteligentes y juiciosas. Sólo así se podrá tener una verdadera competencia digital.