Llegados a este punto, y tras exponer e interpretar anteriormente diferentes puntos de vista en relación con el modo de uso y el estilo de vida de los JUM que interactúan en las redes sociales, queremos trazar las conclusiones generales que nos ha dejado esta aproximación exhaustiva, aunque de ninguna manera definitiva, en la comunicación que se establece entre estos jóvenes.
Desde un enfoque mediático, hemos comprobado cómo hoy en día hablar del lenguaje de los JUM a través de la red no se reduce tan sólo a una cuestión de si estos usuarios se expresan o no correctamente de forma escrita. Como ya vimos en otras asignaturas de este Máster, las nuevas tecnologías de la información y la comunicación están posibilitando que un aluvión de medios con sus propias narrativas y lenguajes confluya en un mismo lugar virtual. En ocasiones, como por ejemplo cuando tratamos de compartir un vídeo con nuestros contactos, basta apretar un botón o insertar una línea de código HTML para que, en unos minutos, nuestra palabra escrita se vea enriquecida por un mensaje audiovisual. Sin embargo, tal y como apuntan diversos autores, esto sólo es el principio de una ola de alteraciones comunicativas que están por venir y que quizás nos permita utilizar nuestros cinco sentidos en el proceso de interacción con otras personas.
Ramón Salaverría resume perfectamente este horizonte que afrontamos, desde un prisma comunicativo, en su ensayo „Convergencia de medios‟: “Internet ha supuesto un significativo avance en la integración de códigos comunicativos –o, si se prefiere, en la conformación de un nuevo lenguaje periodístico multimedia– pues a las potencialidades sensoriales que ofrecen los tres medios tradicionales ha sumado nuevas posibilidades, algunas de ellas todavía en fase experimental, como las referidas al tacto (servicios de transcripción automática al lenguaje Braille para ciegos, sistemas de realidad virtual 3D, etc.) y al olfato (dispositivos para la síntesis digital de aromas, etc.). Ciertamente, la posibilidad de crear mensajes periodísticos multimedia que integren imagen, sonido, sensaciones táctiles y olfativas se presenta hoy día como simple ciencia ficción, pero los desarrollos tecnológicos permiten imaginar un futuro en el que la composición de ese tipo de mensajes será posible”.
De momento, y a la espera de esas innovaciones, lo que sí podemos asegurar es que los cambios acontecidos en la Sociedad de la Información y la Comunicación han precipitado el advenimiento de un ciberlenguaje que, canalizado a través de plataformas como redes sociales, wikis o blogs, se asienta íntegramente –y eso representa mucho más de lo que el ser humano podía hacer hasta ahora- sobre las tres formas de expresión que han sido convencionales en la comunicación mediática; a saber, la palabra escrita, la palabra hablada y la imagen. Pero, además, cuenta, a diferencia del lenguaje de la radio o de la television, con una singularidad que lo hace aún más especial e imprescindible para nuestra capacidad de realización y de socialización. Ésta no es otra que la interacción a la que está sometido gracias a la arquitectura interna de las nuevas herramientas de la web social.
Según Gonzalo Castro, la interacción es “la acción social que un sujeto lleva a cabo con otro u otros sujetos y con las expresiones que éstos realizan en diferentes contextos (mediáticos, personales, teóricos, prácticos, etcétera); lo anterior permite un entramado de relaciones sociales. La interacción es comunicativa por sí misma”. De esto se deduce que los jóvenes usuarios de medios no sólo tienen a su disposición aplicaciones que, tal y como anticipaba McLuhan, nos dotan de nuevas extensiones comunicativas convirtiéndonos en algo así como „hombres y mujeres orquesta‟, sino que también pueden hacer uso de ellas de un modo mucho más participativo, liberador y emirec.
Parafraseando al profesor Aparici, podríamos decir que los JUM, al igual que otras personas y colectivos, pueden ser, en sí mismos, potenciales medios de comunicación. Por un lado, y gracias a la convergencia de medios, pueden utilizar, de manera bastante sencilla e intuitiva, todos los instrumentos que, no hace mucho, eran exclusivos de los entes mediáticos. Pensemos, por ejemplo, en lo fácil que es crear una bitácora personal y agregar vídeos, fotos, música y otros contenidos multimedia con los pasos guiados de páginas como Wordpress o Blogger. Y, por otro, estos mismos jóvenes son capaces de actuar como emisores e intervenir activamente en el proceso de comunicación, difundiendo, por su propia cuenta, sus pensamientos, ilusiones o actividades. Aunque muchas veces no sean conscientes de su propia forma de actuar, los integrantes de la llamada Generación Net están acostumbrados a adoptar una actitud prosumidora de producción, de protagonismo en la transmisión de información, y no sólo de consumo de contenidos, tal y como hemos comprobado al visitar el perfil de una de las entrevistadas. En este sentido, las palabras de César Bernal y Ángel Barbas se ratifican: “Los miembros de la Generación Net se caracterizarían también por su grado de colaboración y por su necesidad de control sobre la máquina. […] Los miembros de la Generación Net piden algo más que ser simples receptores de información, para ellos los medios deberían hacer lo que el usuario pida que haga permitiendo asimismo el diálogo con otras personas”.
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